Nos aventuramos en el río que se esconde, se pierde y vuelve a aparecer. Disfrutamos de las aguas del Alvarellos, rodeados de un monte vivo donde saciaremos el apetito con una comida entre “ribeiras y carballeiras”. Caminamos entre “eiras e canastros”, y como colofón nos maravillamos con el sol que se esconde al final de la ría desde el punto más alto de la provincia.
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